La resiliencia se ha vuelto una palabra cada vez más común en nuestro vocabulario cuando hablamos de personas, edificios, ciudades o incluso de sociedades enteras que superan todo tipo de problemas. De hecho, las búsquedas de Google relacionadas con la resiliencia han creciendo constantemente desde 2004 en inglés, español y portugués.
En sicología, es el proceso de adaptación después de enfrentar adversidades, traumas, tragedias, amenazas o cualquier otro fuente relevante de estrés. En arquitectura y planificación urbana, la resiliencia hace referencia a la capacidad de las ciudades para enfrentar y recuperarse de los desastres naturales. En ciertas ramas de la ingeniería, "es la capacidad de responder, absorber y adaptarse, así como de recuperarse en un evento perturbador". Sin embargo, hoy en día, la resiliencia se está convirtiendo en un concepto clave para enfrentar las emergencias climáticas y la progresiva pérdida de la biodiversidad, dos límites planetarios que permiten que la humanidad continúe desarrollándose.
A medida que la crisis climática empeora, y se convierte potencialmente en un "apartheid climático", como advirtió Philip Alston, experto en derechos humanos de la ONU, en un informe publicado recientemente por The Guardian, nuestras ciudades deberán ser resistentes en un ciclo interminable de planificación, mitigación y reconstrucción.
Y es por esto que hemos decidido dedicar este mes a la resiliencia, presentando desde ejemplos de mitigación hasta materiales adaptativos para arquitectura resistente, para iniciar una conversación sobre nuestro futuro.
Estamos recibiendo propuestas relacionadas con nuestros Temas del Mes. Para nuestro próximo número, en agosto, nos centraremos en accesibilidad. Si deseas enviar ideas, proyectos, ensayos o artículos, envíanos un mensaje.